“Cuando Messi llegó al Barça era autista”, aseguran. Decir que era un chico callado no hacía honor a la verdad. No es que el argentino, el hoy mejor jugador del mundo, fuera discreto, es que “no abría la boca para nada”, comentan. “Cuando llegó era como si no estuviera. Sentado en el autobús o en clase, se apartaba sin hablar”, comenta Clausi. Hasta que, en un torneo en Italia, dentro del vestuario, se arrancó: “Fue una fiesta, todos flipamos. No sé porque, pero aquel día despertó y habló. Joder, si montamos una fiesta y todo”. Oriol Palencia también recuerda sus silencios: “La verdad es que no decía absolutamente nada”. Aún así, todos le respetaban. De hecho, él se hacía respetar: “Veías un tío bajito y delgado, pero cuando lo veías jugar... era bueno, una bestia. Lo mismo que hacía entonces lo sigue haciendo ahora. Yo nunca he visto a un jugador como él, en mi vida”, explica. El futbolista de la Grama comenta una anécdota: “En el campo del Cornellà, en la final de la Copa Catalunya ante el Espanyol, Messi llevaba una máscara porque se había roto el pómulo. No estaba cómodo y se la quitó. Se puso a jugar, metió tres goles y se marchó”.
2 comentários:
ola sou netinha e tenho um sobrinho que é altista e precisa de tratamento so que aqui não tem no rio grande do norte(BRASIL)na capital de natal !!!!
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